Hace mas de un año que la Iglesia de la Encarnación está cerrada a cal y canto. Ni fieles ni visitantes tienen acceso al que sin duda es la obra del ser humano más importante y relevante de Alhama. 

En el imaginario Alhama se piensa necesariamente desde dos perspectivas icónicas: de un lado, la que le ofreció la naturaleza ubicándola entre sus majestuosos tajos y el caudal de agua caliente que le da el nombre, y, de otro lado, la que la historia de la obra humana le ha ido forjando, en la que sobresale (¡Y de qué manera!) la iglesia de la Encarnación. 

Cualquiera que sea el punto desde el que se divise Alhama, en la lontananza sobresale el edificio mandado a construir por Isabel la Católica sobre la antigua mezquita árabe, como fiel vigía y guía de los derroteros de la ciudad. 

El icono que representa Alhama no es otro que ese magno edificio construido íntegramente en piedra que, encabezada por su altiva torre-campanario, hace de guía al conjunto de casas que conforman la ciudad frente a la garganta natural que conforma el tajo. Mezcla del don que la naturaleza dio a esta tierra con la obra del intelecto humano. 

Si, la Iglesia de la Encarnación de Alhama es mucho más que un templo para el culto. Si a ello se limitase, no cabe duda de que la población que Alhama tiene en la actualidad tendría más que cubierta sus necesidades con otros templos que están en funcionamiento. Pero no, Se trata de mucho más, la Iglesia de la Encarnación es la imagen que marca la idiosincrasia de esta tierra. . 

Alhama es hoy, como no puede ser de otra manera, un pueblo multicultural, en el que cohabitan pacíficamente múltiples sensibilidades poliédricas, de las mas variadas creencias, pero la Encarnación es seña de identidad de Alhama, estando situada su importancia muy por encima de identidades y de credos. Alhama son sus tajos, Alhama es su agua caliente, pero Alhama también es ese paisaje sobre el que cada día se desliza al caer la tarde  la sombra de la Iglesia de la Encarnación.

 Pues si, mas de un año cerrada. Cerrada a cal y canto. Cerrada al culto, cerrada a los alhameños y cerrada a quienes visitan Alhama. Y con escasas o nulas noticias de la razones que han llevado a adoptar tan drástica decisión,  del porqué debiendo ser estas de gran importancia no se ha intervenido ya de urgencia. Escasas o nulas noticias acerca de estado en el que se encuentra y de las medidas puestas en marcha. 

Ahora bien, la ciudadanía alhameña, paciente como ninguna otra, ni debe, ni puede seguir sin mas tiempo ignorada. Tiene el derecho y el deber de saber fehacientemente qué ocurre con la Encarnación, los motivos que le han llevado al cierre, así como las gestiones llevadas a cabo para una intervención de urgencia, si es que estas existen. 

 Al parecer, y digo “al parecer”, porque nos ha sido imposible acceder a informes técnicos que corroboren el decir que circula por la calle, el cierre se debe al “riesgo de ruina” existente al surgir unas grietas en la bóveda del templo.  Me gustaría equivocarme y que dicha información no fuese más que un ”rumor” mas o menos interesado  sin fundamento alguno y que la razón de su cierre, “a cal y canto”, fuese cualquier otra más pelegrina. Pero, pongámonos en lo peor y que el rumor que corre entre los alhameños tenga algún atisbo de ser verdadero. Si fuese así, al margen de la responsabilidad de quien haya dado lugar a llegar a esta situación, lo que deberá determinarse en los Tribunales, es obligación de todos (particulares y administraciones públicas) el exigir la inmediata intervención en el monumento para evitar lo que podría ser un final irreparable, un final imperdonable.  Un final del que Alhama tiene ya, desgraciadamente, demasiadas experiencias para el olvido.

Al margen de la responsabilidad jurídica de quien haya llevado al inmueble a la situación en la que se encuentra, lo cierto es que este monumento es de todos, no sólo de los alhameños y alhameñas practicantes de una determinada confesión religiosa, y al margen de su titularidad, es un símbolo de toda Alhama que forma parte importante de la historia de España, por lo que pertenece a la humanidad. 

Desde estas líneas, por primera vez, quiero hacer un llamamiento a la ciudadanía en general y a todas las instituciones públicas y privadas, religiosas y civiles, para que -con toda transparencia y aporte de información- unamos los esfuerzos para exigir, de inmediato, que la casa de todos los alhameños esté abierta al público. Ni la curia, como titular del inmueble, ni el Ayuntamiento de Alhama, ni la Diputación Provincial, ni la Consejería de Cultura, ni el Ministerio de Cultura, ni la propia Unión Europea, pueden permitirse que este monumento esté un día más en ese estado de cierre y peligro latente en el que se encuentra. NI UN DIA MÁS. Todos juntos exigiendo la preservación de nuestro patrimonio histórico y cultural.

Demasiadas ruinas hay ya en Alhama como para seguir pasivos un día más. Basta dar un vistazo a las Angustias o los Remedios, por no nombrar otros edificios de los que ya sólo hablan los libros de historia, como la antigua Iglesia de la Aurora. Es hora de reunir toda la información acerca el estado del inmueble y, una vez analizada detenidamente, aunar todos los esfuerzos para exigir la inmediata apertura de la Encarnación.

La Encarnación es el único templo gótico construido en lo que fue el Reino de Granada. Construida sobre una antigua mezquita, es un edificio singular, único, en cuya construcción participaron los arquitectos más relevantes del Siglo XVI. Como todo edificio de sus características aglutina argumentos arquitectónicos de diferentes épocas,  dando lugar a un sobrio edificio en el que se intercalan ciertos elementos góticos, renacentistas, barrocos y neoclásicos. Está catalogado dentro del conjunto del Patrimonio Histórico Español como Bien de Interés Cultural con tipología jurídica de Monumento, tal u como  aparece inscrito en la Gaceta de Madrid con fecha de 4 de junio de 1931. 

 Sobran las razones para hacer este llamamiento, pero sobre todo, por respeto al pueblo de Alhama, a las personas que lo habitan, a los que nacimos en esta tierra, a los que simplemente la quieren, por respeto a todos ellos ellos, exigimos a la Curia y al conjunto de las Administraciones Públicas que tienen el deber de velar por el Patrimonio Histórico la intervención de urgencia que evite lo que podría ser imperdonable.

Y, de paso, hacemos un SOS a las Administraciones  Públicas, para que se elabore un calendario en el que se enmarque un plan de actuación real y viable para la recuperación inmediata del resto del patrimonio histórico de Alhama que, por diferentes causas y motivos, se han ido abandonando. Granada, Andalucía, España y la Humanidad sin lugar a dudas que lo agradecerán, pero Alhama y su comarca lo necesitan de forma imperiosa.

iglesia de las angustias
Iglesia de las Angustias