Tres de los premiados de la presente edición siguieron la gala desde Bolivia, Australia y Finlandia.
Con cinco meses de retraso por el tema de la pandemia, el Patronato de Estudios Alhameños procedía en la noche del viernes, a la entrega de los Premios Alhama que este año alcanza su 28ª edición. También razones sanitarias obligaron a cambiar el tradicional escenario del salón de plenos del consistorio por el patio del Carmen por aquello de ser un espacio más amplio y abierto. De esta forma la mutilada morera y las obras de restauración de la torre de este templo se convirtieron en testigos mudos de un singular acto que se caracterizó por tener a tres de los premiados a miles de kilómetros, uno en Bolivia, otro en Australia y un tercero en Finlandia, pero que la técnica posibilitó sentirlos tan cerca como el resto de premiados que pudieron estar presentes físicamente. Técnica que en un principio se presentó esquiva e hizo que el inicio del acto se retrasase un poco pero que al final se pudo resolver y todos los presentes pudieran disfrutar de un acto rebosante de alhameñismo.
El acto daba comienzo con la bienvenida del alcalde de Alhama, Jesús Ubiña, quien tras agradecer la asistencia al público y al Patronato de Estudios Alhameños por su encomiable labor pasó a felicitar a todos los premiados. Después sería Sabina Ciruela, secretaria de esta entidad quien pasaría a dar lectura del acta de concesión de estos galardones, cuyo diploma a la conservación, al no haber ninguna propuesta, motivo por el cual en esta edición ha quedado desierto. El siguiente en tomar la palabra sería el presidente del Patronato, Ignacio Benítez, que justificaría, cada uno de estos galardones cuyo principal objetivo, desde su origen a propuesta de Andrés García Maldonado no es otro que reconocer la labor a las personas o entidades que se han distinguido en su defensa y proyección de Alhama y su comarca. Méritos que se pueden conocer con detalle en la revista/anuario del Patronato que coincidiendo con la entrega de estos premios se reparte gratuitamente gracias a los anunciantes y patrocinadores.
Y este es el caso del joven Víctor Quesada Cubo (Alhama, 1991), premio Alhameño del año, -representado por su madre- médico epidemiólogo especialista en salud pública y medicina preventiva, quien pudo seguir el acto a más de 9.000 kilómetros, pues en la actualidad se encuentra, por segunda vez, en Bolivia, tras haber participado en otros proyectos desarrollados en Argentina, Argelia y México. También del urólogo Miguel Arrabal, que se definió como «alhameño de Játar», a quien se le ha otorgado el galardón de Comarcal del año pues como reconoció el presidente Alhama sin su comarca no es nada, y viceversa. También tuvo palabras de agradecimiento para la editorial Dykinson y para su director general Rafael Tigeras por su implicación con el premio de Ciencias Jurídicas que sería recogido por Francisco Lledó Yagüe, igualmente promovido por el Patronato, que ya lleva cinco ediciones. Especialmente emotivas fueron las palabras dedicadas a Javier Molina Castañeda por su labor en el ámbito deportivo y, especialmente con el grupo de ‘Los Gorriones de Placeta’ a los que está transmitiendo su pasión por las fiestas del carnaval. Del premio a la difusión este año se ha considerado merecedor al programa ‘Música para mis oídos’ que fue recogido por su director de producción, Francisco Prieto, por conjugar la música en directo y la promoción del patrimonio. Así mismo, justificó la entrega del premio ‘Alhameño oriundo’ a Joaquín Tomás Valenzuela, un científico de padres alhameños, -presentes en el acto- que en la actualidad se encuentra desarrollando su labor en Sídney (Australia) donde, además, preside una Asociación de Científicos Españoles en Australia. Por último, explicó que el premio al mejor expediente que este año ha sido para Adriana Jiménez Luque, es un galardón que no tiene ningún tipo de objeción pues «lo ha ganado con su sacrificio, esfuerzo y trabajo».
A continuación, se fue entregando a cada uno de ellos o a su familiares o representante el premio, consistente en medalla del Patronato, pequeño diploma y reproducción enmarcada del grabado de Alhama de Georgius (o Joris) Hoefnagle con el romance a la pérdida de Alhama, para terminar con las respectivas intervenciones en las que no faltaron las palabras de agradecimiento a la institución organizadora y felicitaciones al resto de premiados.